viernes, 24 de junio de 2011

El Amor a Bahá'u'lláh




La esencia de ser bahá’í es enamorarse de Bahá’u’lláh. Por eso, al hablar de los requisitos para ingresar en la Fe, ante todo la Casa Universal de Justicia menciona el estar “conmovidos por el amor de Bahá'u'lláh”.

¿Cómo podemos saber si estamos enamorados de Bahá’u’lláh? Reflexionemos unos momentos en las características de un ser enamorado.

Oración

‘Abdu’l-Bahá aclara “Cuando el hombre se enamora de un ser humano, le es imposible no mencionar el nombre del ser amado. Es mucho más difícil dejar de mencionar el nombre de Dios cuando uno ha llegado a amarlo”.

Así, si amamos a Dios, desearemos mencionar Su nombre. Desearemos pasar tiempo diariamente con Él inmersos en la oración.

Enseñanza

Si amamos a Bahá’u’lláh, Él estará constantemente en nuestros pensamientos y de forma natural Lo mencionaremos en nuestras conversaciones. Además, descubriremos que enseñar la Fe a otros, hablándoles de Bahá’u’lláh y de Sus Enseñanzas, es fuente de una alegría inmensa.

Estudio

También tendremos el deseo de estudiar lo que Él desea decirnos a nosotros. Así, como un amante lee una y otra vez una carta enviada por su amada, leeremos y volveremos a leer pasajes de los Escritos de Bahá’u’lláh, con el deseo de comprenderlos siempre mejor.

Obediencia

Cuando uno está enamorado, desea agradar al ser amado, llevando a cabo acciones que le harán feliz. Este debe ser nuestro motivo para obedecer las leyes de Bahá’u’lláh, ya que Él nos exhorta: “Observa Mis mandamientos por amor a Mi belleza”.

Más aun, desearemos hacer actos que nazcan de nuestra propia voluntad, respondiendo con “exacta, inmediata y completa obediencia” a los pedidos de la Casa Universal de Justicia, la portavoz de Bahá’u’lláh en la tierra, que se encuentra bajo Su “cuidado y protección”. Como consecuencia, estaremos plenamente involucrados en las actividades del Plan de 5 Año:

ofreciendo nuestros servicios como tutores de círculos de estudio, animadores de grupos prejuveniles, maestros de clases de niños, o anfitriones de reuniones devocionales, y acompañando a otros para que aprendan a hacer lo mismo;

participando en las campañas de enseñanza,

si nuestras circunstancias lo permiten, levantándonos a servir como pioneros de frente interna en otras agrupaciones.

Reflexionar sobre estas características de un amante de Bahá’u’lláh nos ayuda a tomar conciencia del grado en que la llama de Su amor arde en nuestros corazones.

Prácticas para Fortalecer el Amor

Si esta reflexión nos despierta el deseo de aumentar la intensidad de esta llama, dos prácticas que nos pueden ayudar son:

1) Leer historias de la vida de Bahá’u’lláh con el fin de conocerle mejor y tomar mayor conciencia de las grandes sacrificios que ha hecho para nosotros;

2) Memorizar Su Palabra, recordando el consejo del Báb de que “todo corazón que deposite sus Palabras en la memoria, si es el de un creyente, Dios hará que se llene con su amor”.

© Juanita de Hernández. Derechos Reservados

1 comentario: